15.3.06


Sueño 146: Despertaba en China una mañana, envuelto en las sombras de extraños lenguajes. Aferrado a mis gestos buscaba entender y entenderme, encontrarme hablando en chino. Cuando desesperaba y sentía que por más capas que cruzaba no lograba escapar del olor a mercado de especias, del gritería de los chinos, y que cada que rompía una barrera, estaba en otra China, cada más plástica pero a la vez más antigua, más decadente, y así infinitamente recorrí desde las invasiones mongolas hasta el Kuomintang, el barrio chino de San Francisco y las mil chinas que por todas partes pululan.

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