16.6.06

¡Edwin Daniel vuelve a la televisión!

24.5.06


[Reloadead, ahora con imagen] Sueño 04: Estoy delante de una especie de foto-collage en blanco y negro, donde hay mucha gente famosa: veo a Humphrey Bogart, a los Beatles, a Borges, todos de etiqueta, en una especie de calle peatonal llena de pequeños bares. Yo, de alguna manera, me introduzco en la foto, y les saludo amistosamente, como si fuera el anfitrión de algún local, y al final acompaño a un Borges viejito y ciego (el que todos recordamos) al local que más le gusta. Alguien que pasa cerca de nosotros se ríe de él porque resulta que el local al que más le gusta acudir al maestro es el más cochambroso, pero como es ciego no puede verlo.

23.3.06


[Reloaded] Sueño 03: Estaba en una casita junto a la playa y divisaba a lo lejos una gigantesca ola que se iba a tragar la ciudad donde vivía. Intentaba alarmar a toda la gente, llamaba a todos los sitios y no me hacían caso. La ola iba viniendo progresivamente y parecía que me hablase, como si me dijera: "no lo intentes porque va a ser inevitable...". Al final la ola nos engullía y yo veía cómo la ciudad quedaba arrasada. Yo sobrevivía.

22.3.06


Sueño 147: Voy por una estación de metro, camino al aeropuerto. En las escaleras me encuentro a Diana, que me saluda muy contenta y seguimos. En el aeropuerto, veo a mi papá pasar del otro lado de la seguridad, consistente en unos postes de metal de no más de un metro, separados con otro metro entre cada uno y dice sinceramente ¡Qué bonito!. Martín va a saludarlo, pero yo no, porque estoy con Diana y la estoy abrazando de la cintura. Vamos por algo (Martín igual que llegó al sueño desaparece) y me dice que tiene mucho que hacer, con lo que se va después de platicar mucho y bien. Yo más tarde salgo para Guadalajara, así que me quedo. Voy a comprar a una oficina mi boleto de regreso. Ya teniéndolo, pierdo el tiempo y el vuelo que me debe llevar, y pienso que tengo que ir a que me devuelvan el dinero y a cancelar el regreso. Salgo del aeropuerto y me dirijo a la facultad, que parece un banco. Me quito toda la ropa y la mochila, y lo dejo en un rincón, cerca de la cafetería. Luego voy por un té, pido uno chico por confusión, pero lo cambio por uno grande. Vuelvo por mis cosas y hay un montón de niños jugando con ellas. Los regaño y agarro a uno de los hombros, gritándole, mientras en los bolsillos del pantalón y la chamarra no encuentro mi celular. Resulta que lo tenía en la mano, y estaba sonando. El niño desaparece y luego ya vestido me encuentro a Diana de nuevo, con una amiga o su hermana en la cafetería de la escuela. Hablamos un rato y ella está muy guapa. En el metro nos despedimos, yo le intento besar la boca a Diana, pero en vez me la besa María, que no estaba antes. Luego llega Mariana y me pongo contento.

15.3.06


Sueño 146: Despertaba en China una mañana, envuelto en las sombras de extraños lenguajes. Aferrado a mis gestos buscaba entender y entenderme, encontrarme hablando en chino. Cuando desesperaba y sentía que por más capas que cruzaba no lograba escapar del olor a mercado de especias, del gritería de los chinos, y que cada que rompía una barrera, estaba en otra China, cada más plástica pero a la vez más antigua, más decadente, y así infinitamente recorrí desde las invasiones mongolas hasta el Kuomintang, el barrio chino de San Francisco y las mil chinas que por todas partes pululan.

4.3.06


Sueño 145: Es de noche, me da la impresión de estar volviendo a casa, cuando paso cerca de donde vive una amiga. Aunque sé que es muy tarde (las cuatro de la madrugada), decido pasar a verla (quizá podamos tener algo de sexo). Cuando llamo, me abren dos mujeres muy bien vestidas arregladas, y me hacen pasar. Resulta que le están haciendo una especie de ritual new-age a mi amiga, una especie de rito entre reiki y tántrico, algo que está entre la espiritualidad y la medicina oriental. Me dicen que si quiero tumbarme a su lado, en una especie de alfombra circular con signos rituales. Si me tumbo con la cabeza hacia una dirección, quiere decir que tengo mis asuntos amorosos en paz, si no, tengo que tumbarme del lado contrario.

24.2.06

Estación de Nieblas en Diario de Mallorca

Este viernes 24 de febrero, Nadal Suau ha tenido la deferencia de dedicarle unas líneas a nuestro trabajo en su artículo del suplemento cultural Bellver de Diario de Mallorca, que durante esta semana se puede descargar en la web del periódico, (sección izquierda, suplementos: Bellver) y a partir de la que viene aquí. Muchas gracias a Nadal Suau por su interés por el trabajo de Edwin Daniel en Estación de Nieblas y el mío. Esperamos poder seguir colaborando mucho tiempo y llevando a cabo nuestro proyecto. Entre otras cosas, se puede leer:
...en su página a medias con el ilustrador Edwin Daniel, Estación de Nieblas. Démosle voz al autor: "es un proyecto exclusivamente internáutico. Me fijé en que en la red hay foros que se dedican a recopilar sueños, o a intentar interpretarlos. Yo pensé que seria una buena idea hacer una recopilación de sueños pura y simple, sin adornos, sin interpretaciones, tan sólo con la revisión gráfica de Edwin del sueño. Porque en el fondo, todas las noches nos convertimos en escritores, o en directores de cine, y soñamos nuestras propias películas. Estación de Nieblas es como un almacén de sueños, en el que éstos son valorados por el mero hecho de ser lo que son. Hay gente que escribe poemas, o novelas; en Estación de Nieblas anotamos sueños. Muchos de ellos son de Edwin o míos, aunque siempre he buscado la participación de los demás". Edwin es un joven y ascendente artista mexicano. Así pues, Oliver transcribe los sueños, y el mexicano los ilustra. La página, ya se imaginan, no tiene desperdicio: en primer lugar, el proyecto es una curiosidad única; en segundo lugar, los sueños siempre tienen una textura vivida que los hace mórbidamente atractivos, en Internet como en cualquier conversación íntima; finalmente, el trabajo de Daniel ofrece asociaciones muy ingeniosas, a veces casi proféticas.

31.1.06


Sueño 144: Estaba dentro de un cuento y llevaba en mi mano una muñeca que yo sabía que era mi hija, pero era una muñeca, e iba en busca deuna persona que sabía que nos iba a ayudar y llego a la casa de misabuelos. Entro buscando a esta persona; en ese momento sé que alguien nos está persiguiendo, algo así como un ogro. Busco a esta persona -un hombre mayor de cabello blanco-, y no lo encuentro; de repente oigo la regadera y supongo que se está bañando. Entonces él, enojado porque yo abro la puerta, sale de la regadera vestido únicamente con una camisa como si se estuviera bañando con ella, y al solicitarle la ayuda, cambia la cara de enojo por preocupación y le pido que proteja a mi hija. Entonces toma la muñeca y la lleva a un sillón giratorio a una de las recámaras y la sienta ahí, pero a la vista y yo le digo que ahí la va a ver, que está a la vista. En eso, oímos entrar al ogro, que nunca veo, entonces yo ya estoy en la cocina y sé que el ogro o monstruo está buscando a mi hija (que es una muñeca) y entonces siento como sale como una ráfaga porque yo nunca lo veo, y entro a buscar corriendo a mi hija y ya no la encuentro donde estaba sentada. Empiezo a gritar de desesperación cuando veo levantarse a mi hija (la muñeca) y me dice "aquí estoy, mami, no te asustes, me escondí detrás de la cama". Entonces yo agarro a la muñeca cuando veo que alguien se está asomando por todas las ventanas de la casa y me doy cuenta de que el monstruo ya nos vio. Dejo a mi hija sobre la cama y salgo a enfrentar al monstruo, que se que va entra por ella, y en el pasillo me lo encuentro, pero se convierte en una líbelula enorme que se aprisiona de mi cuello y me despierto tratando de quitármela de encima...