Sueño XLIII: Caminando por mi casa, los pasillos se ven tan solos, tan rutinarios, sin embargo no es normal, algo falta, algo sobra...
Salgo a la calle, mi vecino me señala, salen todos de los alrededores, me señalan, gritan, comienzan a seguirme; el miedo invade todo mi cuerpo, y yo, instintivamente, comienzo a correr, corro hacia el centro de la ciudad. Allí todos me siguen. Desesperado, no sé que hacer; corro con todas mis fuerzas a un estacionamiento, me escondo debajo de un automóvil, todos pasan, no me ven, se van todos. Sin embargo, cuando pensaba que estaba más seguro, me encuentran y me tienen contra la pared...
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