20.1.04

Sueño LVI: Volvía a Venecia, esta vez con una cámara digital, dispuesto a hacer estupendas fotografías. Iba con un grupo que seguramente eran mis compañeros de estudios. Desde un puente veía a mi abuelo, que murió hace dos años, serenamente dando de comer a unas palomas, y le hacía una fotografía. Más tarde, llegaba a una habitación donde se suponía que nos hospedábamos. Una chica con el vestido abierto se me acercaba, y me pedía si quería fotografiarla. Le decía que sí, así que íbamos a una especie de cuarto de baño grande que había; allí, ella y otra chica posaban desnudas, tapándose con las manos los pechos y el pubis. Yo me sentía muy contento de poder hacer esas fotos artísticas. Una tercera chica que había allí era convencida por las otras dos para que se uniera al grupo, y yo pensaba que podía hacerlas simular en una foto a las Tres Gracias de la mitología. Pero cuando seguía fotografiándolas, aparecía mi abuela, y como es bajita, me ponía delante de las chicas para ocultarle lo que hacía allí. Aparecía mi tío, y para ayudarme, le decía a mi abuela que no podía estar ahí, que sólo podían entrar en el baño los rubios.

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