Bitacora onirica. Un lugar donde se recogen las experiencias nocturnas del sueńo. Nada de "sueńo lucido" ni "dirigido", nada de ocultismo ni viajes astrales: solo la poesia que la mente crea cuando dormimos. Envia tus sueńos.
13.6.05
5.6.05
Sueño 126: Soñé que me citaba con mi ex-novio en un hotel de carretera, al verlo me sorprendió que llevara puesta una gorra ridícula y le pregunté el porqué la traía, se la quitó y veo como todo su cabello se empieza a caer de su cabeza. "Me estoy quedando calvo" dice él, de lo más tranquilo "y si volvieras conmigo volvería a tener pelo otra vez". Nos quedamos un rato en la cama del cuarto de hotel y yo me levantaba, no volvería a caer en los mismos errores otra vez.
3.6.05
1.6.05
Sueño 124: Es de noche y llego a casa. Entro en el portal de mi edificio, compruebo si hay correo en el buzón y subo las escaleras. Vivo en un tercero, así que paso el primer piso, el segundo... sigo subiendo y, de repente, estoy delante de la puerta del cuarto piso. No hay tercero, o quizá me lo he pasado sin darme cuenta. Me sitúo en el rellano que hay entre plantas y observo, atónita, que el piso inferior es el segundo y que el siguiente es el cuarto. Imagino que me he equivocado de portal, así que intento salir a la calle. Bajo las escaleras: cuarto, segundo, primero, segundo, cuarto... Vuelvo a estar en el mismo lugar, y no encuentro ni la puerta de mi casa, ni la de salida. Tengo la impresión de estar subiendo y bajando escaleras durante horas. Agotada, me siento en un rellano y, al levantar la mirada, veo la puerta del tercer piso. Saco la llave, la abro y entro. Se supone que estoy en mi casa, pero no reconozco nada de lo que veo. Los muebles, el color de las paredes, son distintos. Incluso el olor es diferente. Se escucha música en el salón, pero nunca consigo llegar. Siempre me despierto antes.
23.5.05
3.5.05
Sueño 122: Estaba en las almenas de un pequeño castillo. Yo era el rey del castillo, y me defendían unos pequeños soldados que no eran más que niños de dos o tres años, ataviados de yelmos muy oxidados. Un mago acudía a las almenas y con el ungüento que me ofrecía iba bendiciendo a los soldados y a mí mismo: era una especie de loción que nos haría menos vulnerables a las heridas. Yo sabía que un ejército enemigo estaba próximo y quería invadirnos, por eso vigilábamos desde las almenas, pero había un pasadizo que daba al sótano del castillo por el que podrían colarse los enemigos. Así que bajaba para cerciorarme de que seguía sellado. Pero cuando estoy allí, veo que ya lo han tomado. Subo de nuevo e intento huir, salgo al exterior, me tumbo en la hierba.Como llevo el ungüento de invulnerabilidad -que ahora también me da apariencia de piedra-, simulo ser una estatua derribada. Llegan unos soldados y se preguntan si soy de verdad o soy estatua. Contengo la respiración. Deciden cortarme la cabeza para comprobarlo. Cuando van a hacerlo, despierto.
11.4.05
Sueño 121: Estaba en el balcón de mi casa, pero como estaba antes cuando era pequeño, sin cristaleras. Allí celebrábamos una gran fiesta todos los amigos. Alguien, no me acuerdo quién, cogía una guitarra y se ponía a tocar. Al verle, hacía yo lo mismo, y tocamos conjuntamente. Yo estaba entusiasmado gritando que no sabía tocar. Pero nada más alejado de la realidad, miraba la agilidad de mis manos, lo rápido que se movían. Los dos formamos una melodía y compusimos una canción inventada al momento. El ambiente se transformó en una fiesta irlandesa. Todos gritabamos, todos reíamos... Recuerdo, recuerdo perfectamente casi como si hubiese sido verdad, cómo entonaba, con vibraba mi garganta, y el tacto de las cuerdas en mis dedos.
9.4.05
Sueño 120: Una abeja reina entraba a mi viejo cuarto empezaba a reproducirse en un montón de abejas pequeñas. Yo estaba acostada pensando que era un sueño, y después despertaba en mi actual habitación y una abeja me picaba un dedo, lo traspasaba y me picaba el otro dedo pulgar quedando unidos. No sentía dolor, pero no podía gritar; cuando me pude incorporar veía borroso y caminaba muy lento. Al llegar a la ventana veía como toda mi familia se iba en un coche y nadie se percataba de que yo estaba ahí.